miércoles, 1 de junio de 2011

LA ALAMEDA CRISTINA Y "EL RECORTABLE"
























No se conformaron nuestros munícipes con insultar a nuestro Patrimonio con todo lo ya expuesto en nuestra entrada anterior, donde "El Carricoche" era protagonista.

Les tocó también "hermosear" el otro extremo de la Alameda Cristina, el espacio que linda con Santo Domingo y la Por-Vera. Tan señalado lugar también era digno de un "monumento" no menos llamativo que el anteriormente mencionado.


En su afán por dirigirse a "todo el pueblo jerezano", Pacheco (algún fallo debía tener en tan lucida gestión municipal) decidó halagar a las Cofradías de Semana Santa, encargando este conjunto de gran modernidad que contrasta con el costumbrismo folcklorico desarrollado en el anterior. Y para que no pasase desapercibido lo ubicó donde más podía molestar y entorpecer el tráfico rodado y a los viandantes, que es en este extremo de la maltratada Alameda, cuya visión en perspectiva desde este punto de vista queda así cegada.
No olvidemos que esta Alameda  disfrutaba de una vista en perspectiva, resultado de una adpatación a formas urbanísticas europeas que tardaron siglos en aceptarse en nuestra tierra. En este caso, como en el de las ya comentadas  esculturas de Lola Flores y "La Paquera" dicha visión de conjunto queda destruida por estos elementos urbanos, con lo cual, de alguna manera, nos hace retroceder en el tiempo en cuanto a conceptos urbanísticos se refiere.

Realmente, el mejor monumento a las Cofradías lo edifican ellas mismas cada Semana Santa, saliendo a realizar su Estación de Penitencia con sus magníficas tallas, bordados y enseres y, el resto del año, con su atención a los más necesitados, a esos a quienes nuestros gobernantes, constructoras y bancos han dejado en la miseria. Ese es su monumento, no necesitan otro, y, en todo caso, de hacerse algo así, el sentido común y la razón y el gusto, hubiesen buscado un lugar menos incómodo y menos lesivo para situarlo que éste.


El entorno de Cristina es elegante por sí mismo; su razón de ser originaria era la de ofrecer un lugar de paseo y encuentro a los ciudadanos (hoy olvidada porque se ha convertido en un sitio vacío y desangelado como casi todo nuestro centro histórico), finalidad contradictoria con tanto embarazo y molestia visual como supone ahora este monumento. El deterioro sufrido a lo largo del siglo XX por este espacio, hace que el monumento en cuestión estuviese fuera de lugar, como el  propio "Carricoche".

Ambos han sido poner "albarda sobre albarda", según un viejo dicho popular, es decir,  estropean aún más lo ya estropeado.


El mal gusto y la incultura de nuestros gobernantes nos han llevado a esto.


¿Se detendrá esta sangría alguna vez?


Pero eso depende de nosotros y de nuestra conciencia de respeto a las Leyes y al sentido común y, por supuesto, de nuestro respeto por nuestro legado histórico.




Esperanza de los Ríos

1 comentario:

JOSE MARIA dijo...

Sra Dª Esperanza de los Rios, le doy mi más cordial enhorabuena por el magnifico artículo con el que nos ha deleitado a todos aquellos que hemos tenido el placer de leerlo y de contemplar sus magníficas fotografias, pero simplemente le quiero hacer una observación, con todos mis respetos (puede usted comprobar que no pertenezco a ningún partido político) ¿no cree que este extraordinario artículo debería haber salido también cuando era alcaldesa la Sra. Sánchez?.-
En espera que pueda perdonarme mi atrevimiento, de nuevo les doy las gracias por darnos a conocernos tan magnífico repaso a nuestro Patrimonio Artístico que tanto nos duele a todos los Jerezanos.-
Le saluda muy atentamente,
José María Pérez Durán