lunes, 7 de noviembre de 2011

EL ESTADO DE SANTIAGO EN DIARIO DE JEREZ

Santas entrañas

Recorrido por el interior de la iglesia de Santiago, casi dos años después de la paralización de las obras de rehabilitación del templo
ARANTXA CALA | 07.11.2011
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La ferralla cubre el suelo inexistente de una de las entradas de Santiago, cubierta por plásticos.
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La inmensidad del templo, entre andamios y máquinas de la obra.
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Llueve dentro de la iglesia de Santiago. Las gotas de agua repiquetean sobre los plásticos que cubren restos de materiales de obra. Todo está oscuro al principio hasta que se hace la luz al llegar a la nave central del templo. Allí, en mitad de aquella inmensidad, donde siempre hubo vida y un ajetreo de obreros dispuestos a rehabilitar este espacio en crisis, sólo quedan el polvo, los andamios, litronas tiradas en un suelo que no existe de tierra blanquecina, marañas de cables. chalecos reflectantes, cascos... Es el abandono. El escenario en blanco y negro de una película de fantasmas de Serie B o donde el perro de los Baskerville se refugia de un astuto Peter Cushing. La única nota de color la ponen las vidrieras. Algunas de ellas alumbran el baldaquino de mármol que preside el altar y que está cubierto por plásticos para evitar que se estropee. Nada ha podido evitar que lo haya vestido el polvo. 


Hay que recordar que la iglesia de Santiago lleva cerrada desde abril de 2005, aunque las obras de rehabilitación comenzaron en noviembre de 2006, a pesar de que ya desde 2002 se habían realizado informes por parte de arquitectos de la ciudad que advertían del grave deterioro del templo. Y casi dos años llevan paradas las obras de la primera fase de consolidación estructural y actuaciones de emergencia en el templo, ya que la empresa encargada de ellas, Cimtra (Cimentaciones y Tratamientos S. A.), presentó suspensión de pagos, dijo adiós muy buenas y echó el cierre a tan sólo un mes de concluir. Es la Junta de Andalucía la encargada de adjudicar una nueva empresa, que aún no ha llegado. Sin embargo, la finalización de las obras aparece reflejada en los presupuestos de la Junta para 2012. 



Las lámparas cuelgan de los techos como capullos de mariposas, envueltas en algún material que les da un aspecto tétrico. Los andamios sujetan los arcos como tentáculos. Algunas zonas del suelo están cubiertas de ferralla por las que andar es una aventura. Continua el 'paseo'. El sagrario destila olor a humedad por los cuatro costados forrados de seda roja, lo que ha provocado que se hayan escupido algunas de las figuras que presiden las esquinas. Debajo, muy abajo, en una cripta, descansa el marqués de Bonanza, un testigo de esta situación. 



En la sacristía, las ropas más antiguas de los curas se guardan en una gran cómoda de madera. De sus cajones, que han sido forzados, sobresalen casi a empujones estos ya casi trapos llenos de tierra. Al otro lado de la habitación, un conjunto de cirios y flores de cera se aburren de esperar ser útiles de nuevo. "No nos ha llegado ningún tipo de información. Ni tan siquiera el propósito por parte de la Junta de Andalucía. Silencio total. La empresa constructora se fue y dejó todo así, tirado. Aunque alguna maquinaria sí que se llevaron, y si no es así, es que tienen alas", comenta el párroco de Santiago, Pedro de la Herrán. "Ver la iglesia así -añade- es como si entraras en tu casa y te la encontraras de esta forma, después de construida". De la Herrán lleva como cura del templo 11 años y "el día que yo vuelva a dar misa aquí o a celebrar una boda... (hace una pausa y ríe), no me lo voy a creer. Lo que yo quisiera es podérmelo creer porque tal como va la cosa...". 



En el exterior, los andamios permanecen pegados a las fachadas como lapas. De ellas cuelgan redes inútiles. Las vallas de metal que rodean el recinto se mueven al ritmo que marca el viento, un peligro para los conductores y peatones que pasan por allí, ya que están muy inestables y pueden provocar un accidente. Bolsas de basura, cajas de cerveza y restos orgánicos conviven con las malas hierbas que crecen por los alrededores de la iglesia. Vallas que además han sido forzadas para entrar a robar en numerosas ocasiones, tan sólo hay que recordar cómo desaparecieron los baldaquinos, (aunque luego fueron recuperados) y libros de los siglos XVI al XVIII, que los devolvió un señor que se los encontró por la calle. 



El párroco comenta desesperado que se ha planteado la posibilidad de "retomar la plataforma que se creó pro Santiago para recaudar fondos, a pesar de que la Junta nos dijo en su día que no hacía falta pedir dinero porque lo iba a pagar todo la Administración autonómica", recuerda Pedro. "Sabíamos que la obra era importante, que duraría unos años, pero no que se paralizaría de esta forma", concluye. 



Una vez finalizada esta fase, quedaría pendiente empezar la segunda, que consistiría en actuar en las zonas que no han sido rehabilitadas en la primera. Algunas fuentes aseguran que concluir estás dos etapas ascendería a un millón de euros . Ahora queda por ver quién finalmente se hace cargo de este montante económico, sin más tiras y aflojas. 



Graniza fuera de Santiago. Y ahí está ella, la iglesia, viendo pasar el tiempo, el mal tiempo, porque, en este caso, siempre un tiempo pasado fue mejor para este barrio y su templo. Un referente turístico olvidado, jondo patrimonio de la humanidad que hace aguas.




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