domingo, 12 de agosto de 2012

CALLE GUARNIDOS Nº 12: CLARINES DE MUERTE SONARON CERCA DE LA CASA DEL CRISTO…





El Lunes 6 de Diciembre de 2010, al comienzo de este blog, escribí una entrada acerca de la interesante calle Guarnidos, que se mantiene en un estado relativamente aceptable de conservación arquitectónica y urbanística.


Sin embargo, advertí del peligro de que esta digna existencia suya se viese alterada por la “opus caementicia” o  sea, el cemento y el ladrillo de alguna promotora o propietario que, con una intervención como tantas que hemos denunciado ya,  pudiesen alterar para siempre su equilibrio. Recalcábamos esta contingencia, especialmente,  a propósito de la casa número 12, deshabitada desde hacía tiempo.




De esta edificación  queda una interesante  fachada del primer tercio del XVII que indica que en su origen fue una “casa principal”, aunque actualmente esté muy repintada por innumerables manos de cal y pintura, con una puerta de tienda en el bajo. 


Su interior, atisbado a través del hueco de  la cerradura, aparece como una casa de  tipología mudéjar, con distribución en torno a un patio rectangular, sin galerías aparentes, y, en consecuencia, sin patio de columnas. Se la ve muy transformada al haber sido casa de vecinos y maltratada por la existencia de infravivienda durante muchos años,  pero  no sabemos lo que se oculta bajo las  capas y más capas de cemento y cal, ni tras los muros de compartimentación  ni  bajo las varias tandas de suelos que deben haber elevado su nivel y enterrado cerámica usada y rota de distintas épocas, como es lo habitual en construcciones tan antiguas.


Pues bien, ha llegado el momento de echarse a temblar, pues ya ha aparecido en su balcón principal un cartel donde, se expone el  propósito de construir nueve apartamentos en ella.  No se  habla en este cartel de rehabilitación de la vivienda ni de nada parecido que pudiera dar confianza en la conservación de lo que perviva en ella, solo se menciona  la “construcción”,  pura y duramente.


Y todo ocurre en el momento en que el Ayuntamiento ha prescindido de los dos arqueólogos de Urbanismo y en que también se ha mandado al paro a un historiador del Arte muy bien preparado, aunque frente a ciertos poderes, poco podrían hacer ellos.


Mi ideal y el de los que hacemos el blog, así como el de muchos jerezanos, es volver a ver restauradas y en uso estas preciosas casas, hoy en lamentable decadencia. Nos horroriza la idea de que se caigan sin remedio, como tantos casos ya denunciados. Pero,  como siempre decimos, no a cualquier precio.


Su presencia consta en el PGOU, con el grado de  "conservación arquitectónica", es decir:
"Deberá mantenerse en todo lo posible la tipología estructural del edificio original en las crujías, volúmenes, tipo de cubiertas y patios del mismo. Si se presentan zonas ruinosas o de muy baja calidad constructiva podría procederse a la demolición de estas partes concretas (determinadas explícitamente en el informe previo preceptivo), levantándose de nueva planta estas zonas aunque adaptándose a la parte conservada con criterios tipológicos. En estos casos deberá cumplirse la ocupación del conjunto de la parcela como si fuera de nueva planta. En la parte conservada podrían sustituirse los forjados de madera por otros con sistemas estructurales contemporáneos si se encuentran en mal estado y carecen de valor".


Como propósito, nos parece bien, pero….


Pero también tendría su protección la cercana Casa del Cristo, en este mismo barrio de San Miguel, y fue arrasada sin contemplaciones, como ya denunciamos en su momento.


Con la mencionada eliminación de la Unidad de Arqueología de Urbanismo y la salida  del historiador del Arte, no consideramos que haya  unas bases creíbles para instituir una comisión de Patrimonio que controle posible desafueros.


Recordamos como España salió de una crisis a partir de 1996 a golpe de ladrillazo y como ahora, cuando nada funciona en nuestra economía, salvo servir mesas y poner copas (dignísimos trabajos por lo demás y bastante ingratos por duros y mal pagados),  se pueden volver a las andadas. Vemos muchos letreros de promociones por toda la ciudad: En la calle Santa María, otra más en esta misma Guarnidos, en la calle de las Flores (Cuesta del Espíritu Santo) y da miedo la irresponsabilidad que ya hubo en el pasado y que podría repetirse por desgracia.


Se han comprado una casa de gran valor y antigüedad,  a precio de chatarra  y lo que nos espera puede ser otra edición de lo ya vivido: lo que vale es su cercanía al centro, las vistas y el suelo que ocupan.  Lo que son ellas mismas, historia viva, en el pasado no ha importado porque no daba dinero, o eso creían muchos, ya cada vez menos.


Hay en esta calle, buenos ejemplos de  trabajos bien hechos,  o eso  parece, ejecutados con respeto: la casa del numero 9, por ejemplo, aunque no la conocemos por dentro y tal vez hubiese sorpresas.


Recordemos especialmente con cariño y enhorabuenas  la “Casa de las Flores” en Salvador 5, la de la Plaza de San Lucas, la del arquitecto Kokola en Cuesta del Espíritu Santo, la del pintor José Bastos, la conservación del palacio de Campo Real…


Pero ahí están en cambio los palacios de Dávila, Orbaneja y  Villapanés, la Casa del Cristo, el volatilizado colegio de la Calle Pedro Alonso, el casi extinto Riquelme.


Nosotros vigilamos, advertimos y procuramos enseñar lo que sabemos, para que los propietarios sepan lo que poseen, e igualmente los compradores, arquitectos y futuros residentes.


Pero, pase lo que pase, mientras seamos necesarios, seguiremos trabajando sin aceptar imposiciones ajenas a nuestra profesionalidad y no nos quedaremos callados, escribiendo siempre con libertad, independencia y ética, sin cobrar de nadie por hacer este blog ni por llevar nuestras rutas.


¡¡¡¡Jerezanos!!!!


Esperanza de los Ríos.

1 comentario:

Si... dijo...

No puedo estar más de acuerdo contigo, Esperanza. Yo soy jerezana, afincada en Tarragona. Ayer tuve la oportunidad de pasearme por mí pasado de una tía muy querida por mí, sobre la cual he escrito un libro. Vivía en la C/ Guarnidos número 7. Para mí esa casa, totalmente descrita en el relato, es muy especial y no pude contener las lágrimas al comprobar el estado pésimo en el que se encuentra. Me adhiero a tu protesta y finalidad. Si yo tuviera la oportunidad de ver de nuevo restaurado ese patio, esa escalera de mármol, la majestuosidad de la entrada, aquellos techos altísimos adornados con vigas y lámparas de araña... Sería enormemente feliz y consciente de ser de nuevo enormemente rica en patrimonio.