lunes, 14 de enero de 2013

SEGUNDAS PARTES NUNCA FUERON BUENAS: CONTINÚA LA DESTRUCCIÓN EN CALLE VID





Por desgracia, cuando volvemos a traer al blog el funesto entorno de calle Juana de Dios Lacoste nunca -o casi nunca- es para bien. Y es que esta no es la primera vez que hemos tenido que dedicarle una entrada a una de esas manzanas podridas que bordean la antigua Carpintería Alta. Nos referimos, en concreto, al complejo bodeguero conformado entre las calles Vid y la tapiada Canto. 



En estos dos años y medio desde que comenzamos nuestra andadura con el blog hemos tenido oportunidad de ser cronistas de su agónica existencia. En ellas hablamos de su importancia como parte de nuestra singular arquitectura bodeguera, un rasgo definitorio de nuestro acervo cultural que deberíamos potenciar y defender a capa y espada donde haga falta. Señalamos, igualmente, cómo engloba restos de la escasa arquitectura civil mudéjar (o mu dejá) que conservamos en nuestra ciudad y que el alcalde Pacheco quiso en su día trocarla por su tan querida y afamada arquitectura mojonera jerezana. Los hados, aquella vez, y afortunadamente, le fueron contrarios.

Sus llamadas de auxilio las llevamos en el manifiesto por el Patrimonio de Jerez que en noviembre de 2011 presentamos al Ayuntamiento con el apoyo de las firmas de más de 300 de vosotros. Solicitamos su inmediata rehabilitación, porque este inmueble, recordamos, es de propiedad municipal, como Villapanés o Riquelme. Pero, como aquéllos, su destino al caer en manos municipales parece estar sentenciado a sucumbir bajo el rigor del Tiempo y la Barbarie.

Tras el hundimiento de parte de su techumbre hace unos años, ahora ha tocado a sus muros. Increíble pero cierto. La bárbara podredumbre humana ha traspasado las centenarias mamposterías, los tapiales, los cantos, los ladrillos del singular aparejo de los antiguos alarifes jerezanos, lo ha traspasado todo en busca de un lugar aún virgen que colonizar. Y es que en Jerez, a falta de contenedores soterrados donde depositar las basuras sin daño a la estética del casco histórico -como es habitual en cualquier ciudad o pueblo medianamente civilizado- se deja que la barbarie sea la que decida donde se deposita la mierda. Mierda, con toda la literalidad y significado de la palabra. A mierda, ese es el perfume que exhala en nuestros días la calle Vid y su bodega-muladar. Ya nada queda de Baco y de su loco cortejo, nada del aire embriagado de este rincón jerezano; pasaron los tiempos de risas y juergas en la Plaza del Truco, vinieron los del llanto y la náusea.


En el siglo XIX, el Ayuntamiento quiso homenajear con el rótulo de una calle a la principal fuente de riqueza y prosperidad de Jerez: la Vid, símbolo de la Civilización. Hoy, la calle Vid no simboliza otra cosa que la degeneración de una ciudad y la incivilidad de su ciudadanos y gobernantes.





Señores del Ayunta-miento, les hago una propuesta. Ustedes que gustan tanto cambiar los nombres de la calles históricas, qué sentido tiene seguir llamando Vid a esta calle; calle Mierda es como debería llamarse. Porque la Mierda se ha ganado una calle en Jerez.





Juan Antonio Moreno.


2 comentarios:

Herederos dijo...

Recuerdo una frase de Rosenzweig, "los vándalos solo matan lo que ya estaba muerto" ¿Será que ya no merecemos esta tan grande como hermosa herencia?

Juan A. Moreno dijo...

Hoy leo el el periódico que apedrean a los bomberos. Verdaderamente, vivimos en un mundo caduco.