La respuesta que recibí del presidente de la Mesa me pareció tan burlona como la programación de la conmemoración: "gracias, lo tendremos en cuenta", que fue como decir: "anda iluso, date una vuelta".
He de confesar que rezo todos los días para que se produzca
este milagro: que nuestros regidores vean la luz y que caigan, como San Pablo,
del caballo de la Ignorancia. Que vean con nitidez que es mejor invertir en su histórica y simbólica
muralla, como en el resto de su Patrimonio, y que se deje de novelerías pasajeras, como la
de gastar una millonada en comprar la, para algunos intransigentes, "políticamente incorrecta" foto de un ciclópeo torero jerezano.
Pero, con todo, tengo miedo del milagro. La sospecha me asalta: si se produce el paranormal suceso, ¿actuará de la misma ciega manera
con la que se “restauró” el torreón y las almenas de la zona de la Pescadería Vieja y
los muros de la antigua panadería, que hoy conforman el “edificio de los Arcos”?
En aquella ocasión no se tuvo mejor idea que poner una malla
metálica para revestir el centenario muro con un artificio de tapial, compuesto por una mezcla de gravilla y cal. Extravagante revestimiento del siglo XX para un monumento del siglo XII, que actualmente, debido a la oxidación y a mala
calidad del material, se está desprendiendo por varios lugares.
Esta es, en definitiva, la visión de recuperación de la
Historia y del Patrimonio que nos ofrece el ciclópeo Ayuntamiento de Jerez. Ciclópeo, sí, pero ciclópeo no en el mismo sentido que se le puede atribuir al torero jerezano. Y es que el
único ojo de nuestro ciego Ayuntamiento no está en la cara, sino en
otro lugar más a propósito a sus actos…
Juan Antonio Moreno Arana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario